De todos es sabido que en Galicia, además de bonitos paisajes, buena gente, mejor comida y bebida… tenemos una gran cantidad de agua, que se materializa en sus pultiples formas en cualquier rincón de este territorio. El mar baña el 50% de la frontera de nuestra comunidad, pero además tenemos rías, ríos, fuentes, manantiales, pozos, fuentes, lagunas, humedales.
En gran parte debemos a la lluvia (que sí, está presente aunque no es omnipresente como muchos piensan) toda esta belleza que nos rodea. No en vano tenemos más de 100 palabras para denominar el agua que cae del cielo: choiva, poalla, sirimiri, calabobos, borraxeira, baión, basto, froallo, patumeira… por nombrar algunas. Un rico vocabulario que ya nos puede dar una pista de la importancia que para los gallegos tiene el líquido elemento.
Es difícil transmitir la belleza y la paz que puede transmitir un largo paseo por un paisaje rodeado de agua. Esa paz que transmite el sonido de las olas o del fluir de un río…. no hay palabras para describirlo. ¿Os apetece descubrirlo por vosotros mismos? No os perdáis estas tres rutas a pie con bajo nivel de dificultad donde el agua es la protagonista.
Ruta da pedra e da auga (Meis)
Esta ruta de senderismo es una de las más conocida de las Rías Baixas. Situado entre Meis y Ribadumia consta de casi 14Km (7 de ida y otros tantos de vuelta) de sendas de tierra que discurren pegados al río San Martiño hasta llegar al Monasterio de la Armenteira. Aunque es una senda bastante larga, merece la pena. En ella, además de disfrutar de un tranquilo paisaje de campo, montaña y río podremos ver y visitar los múltiples molinos restaurados que proliferan en la zona.
Como valor añadido, a medio trayecto nos encontraremos una representación de un típico pueblo campesino gallego de principios de siglo restaurado cuyos «habitantes», tallados en piedra, nos muestran los trajes aquella época, así como los utensilios y labores típicos de la misma.
Ruta dos muiños da Freixa (Poio)
Para continuar con las rutas a pie tan «acuáticas», seguimos pegados a la orilla del río. Recorrer el camino que discurre siguiendo el curso del «Rego da cancela» es una magnífica forma de pasar una tarde de domingo en familia. En su trayecto existe algún que otro repecho, no obstante, el discurrir del caudal, los múltiples descansillos y los altos en el camino acondicionados con sillas y mesas para poder hacer pequeño descanso, la hacen apta para todos los públicos.
Paz, tranquilidad, bosque y agua… la combinación perfecta para desconectar del día a día.
Paseo marítimo de San Vicente (O Grove)
Nos despedimos con este paseo marítimo construido en madera que bordea la costa de pueblo de San Vicente do Grove. Su extensión, de unos 8Km, no se hace muy pesada de modo que puede, incluso, hacerse la ruta a pie en verano con atuendo de playa.
Esta pasarela es la estrella de todas las fotos veraniegas en O Grove. El que lo recorre no puede evitar el sentirse caminando por una senda mágica por encima de las olas y las rocas de la costa. Su sinuoso perfil discurre también por pequeñas playas y calas en las que se puede hacer un descanso y disfrutar del paisaje en un ambiente más íntimo.
Y aquí nos vamos a detener, porque no queremos descubriros todos los secretos de estas tres rutas a pie, sino animaros a que las visitéis y las disfrutéis porque… ¡son un regalo para los ojos, la vista y el corazón!